domingo, 18 de noviembre de 2012

Un cierre incomprensible | Opinión | EL PAÍS

Un cierre incomprensible | Opinión | EL PAÍS

Un cierre incomprensible



Me quedo estupefacto al saber que, prácticamente sin aviso previo, cierran el Instituto de Cardiología, del que soy (¡era!) afortunado paciente. Nunca podrá quedar tan en evidencia la falta de sentido común como en este caso. Cerrar un centro que ha conseguido, después de muchos años y con mucho esfuerzo y dedicación de su personal, convertirse en una referencia en cardiología que atiende a muchos pacientes a los que aporta más que la vida: ¡la calidad de vida! ¿Dónde iremos, los pacientes, para encontrar la misma atención, la misma relación de confianza —tan importante como la medicación para nuestra salud—, la misma competencia y trato cariñoso de sus enfermeras y enfermeros y de todo el personal, aunque muchos estén en situación precaria?

Me entero de que este magnífico y eficaz servicio cuesta 8,7 millones de euros al año. Yo invito encarecidamente a los responsables a que pasen revista a todo lo que, con nuestro dinero, se está costeando y que sale por más de 8,7 millones. A ver si la vergüenza les hace recapacitar y deciden cortar por otro lado menos fundamental para todos. Que no crean que, si siguen adelante, nos limitaremos a quejas por escrito. ¡Mantengan el Instituto de Cardiología!— Juan Antonio Fernández Cordón.

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